Los objetivos de desarrollo sostenible 10 (ODS) y la reducción de las desigualdades

Tutor: Juan Puga Pomareda

Autores: Castro Pescoran, Alexandra; Cueva Diaz, Hilda Mayte; Diaz Vásquez, Mariela Edith y Obregón Rios, Gabriela Antuanette

 

RESUMEN

Los ODS 10 de las Naciones Unidas, son parte de la agenda 2030 y se enfoca en la reducción de las desigualdades. En un contexto global, se ha convertido en una prioridad, ya que busca abordar las disparidades económicas, sociales y políticas, por lo tanto, se han realizado avances significativos en la lucha contra la desigualdad, aunque siguen existiendo desafíos significativos.

En el caso de Perú, el gobierno ha adoptado medidas para abordar estas desigualdades, para mejorar la distribución de la riqueza, el acceso a la educación y la atención médica y promover la inclusión de comunidades marginadas.

Es esencial seguir monitoreando y evaluando los avances. La cooperación internacional, la inversión en infraestructura social y la promoción de una economía inclusiva son elementos clave en la lucha contra la desigualdad.

Palabras claves: Agenda 2030, Cooperación internacional, Desigualdades, Disparidades políticas, Disparidades sociales, Distribución de la riqueza, Economía más inclusiva, Gobierno peruano, Inversión en infraestructura social, Objetivo de Desarrollo Sostenible 10 (ODS 10), Políticas y programas.

INTRODUCCIÓN

El artículo académico titulado Objetivo de Desarrollo Sostenible 10 como oportunidad para el desarrollo de las Desigualdades en el Perú. Presenta como objetivo dar a conocer cómo el Perú viene desarrollando los ODS 10 y los grandes problemas de desigualdades que tiene el país, así como las diversas campañas que realiza el gobierno para frenar y reducir las desigualdades.

La importancia de este documento nos permitirá reflexionar sobre la problemática que acecha al país y analizar las oportunidades que existen para hacer frente a la ODS 1O y el desarrollo de las desigualdades. Considerándose este artículo como fundamental para el curso debido a que aportará en nuestro aprendizaje y complementará los temas que se han venido desarrollado durante el semestre.

Con respecto al desarrollo del trabajo sobre la ODS 10, en primera instancia se abordará aspectos conceptuales e histórico, además de dar a conocer sobre el plan de acción del cual el país es participe; la llamada Agenda 2030. Así mismo se estudiará el problema de acuerdo con tres contextos los cuales son a nivel mundial, América Latina y finalmente su desarrollo en el Perú.

Bajo el contexto mundial, se busca conocer las acciones que se vienen alcanzando respecto al objetivo de las desigualdades, en el cual es importante señalar que muchos países vienen tomando diversas acciones, logrando así reducir los índices de pobreza que están fuertemente ligada a la desigualdad. El camino hacia un mundo más equitativo está lleno de desafíos, y se requiere un compromiso continuo para garantizar que todas las personas tengan igualdad de oportunidades y una vida digna.

En el segundo punto se hablará respecto al panorama de las desigualdades en América Latina el cual se caracteriza por ser una región rica en diversidad cultural, sin embargo, presenta grandes desigualdades económicas.

Por otro lado, se abordará el desarrollo de la ODS 10 bajo un contexto nacional, en el cual se determinará los esfuerzos que está realizando el país. El Rol de las empresas para la reducción de las desigualdades, Tendencia a seguir en la reducción de las desigualdades y que Obstáculos y desafíos pendientes se presentan en el camino.

El alcance de nuestro artículo de investigación responde al objetivo principal y panorama que existe en los países de América y el mundo debido a la reducción de las desigualdades (ODS 10). Sin embargo, como todo trabajo presento algunas limitaciones, respecto al tema, ya que no se encontraban los datos estadísticos exactos o falta de datos disponibles y fiables.

Finalmente, el artículo presenta un diseño gráfico, en cual resalta los grandes desafíos de desigualdad que enfrenta nuestra población peruana día a día, lo cual afecta directamente en la calidad de vida de aquellas familias, llevándolas a situaciones vulnerables. Además de que las ODS se basan en cinco pilares: personas, planeta, prosperidad, paz, pactos; en ese sentido la ODS 10 está relacionada con el pilar de la prosperidad el cual promueve una sociedad igualitaria para todos los seres humanos. No hay duda de que, para alcanzar el tan soñado desarrollo sostenible, es importante trabajar conjuntamente con el estado, empresas y población, es tarea de todos tomar acciones desde nuestra posición y ser parte del cambio.

REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES – ODS 10

Los ODS son un conjunto de 17 objetivos interrelacionados que abarcan un amplio espectro de desafíos globales. Cada objetivo se compone de metas y submetas específicas diseñadas para abordar problemas críticos en todo el mundo. Los ODS son un llamado a la acción dirigido a gobiernos, sociedad civil, sector privado y ciudadanos, con el objetivo de transformar el mundo para mejorarlo. Son parte de la agenda 2030 y es un ambicioso plan de acción que fue aprobado en 193 países en el año 2015.

Los ODS nos ayudan a enfocar nuestros esfuerzos en las prioridades del desarrollo como abordar la desigualdad, combatir la pobreza, promover la salud y el bienestar, garantizar educación de calidad inclusiva y equitativa. Proteger el medio ambiente y fomentar la paz y la justicia

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 10 (ODS 10), establecido por las Naciones Unidas como parte de la Agenda 2030, se centra en la reducción de las desigualdades en todas sus formas y manifestaciones en todo el mundo. Este objetivo aborda principalmente las disparidades económicas, sociales y políticas que afectan a individuos y comunidades, y representa un compromiso global para garantizar que nadie quede atrás.

Sin embargo, el camino hacia un mundo más equitativo está lleno de desafíos, y se requiere un compromiso continuo para garantizar que todas las personas tengan igualdad de oportunidades y una vida digna. La cooperación internacional y el intercambio de mejores prácticas desempeñan un papel fundamental en este esfuerzo global por abordar la desigualdad y lograr un futuro más justo y sostenible.

En 193 países se aprobaron 17 objetivos de desarrollo sostenible, el ODS 10 se define como «Reducir la desigualdad en y entre los países». Existen diversas metas y acciones que los países han tomado para que las personas disfruten de igualdad de oportunidades y beneficios, independientemente de su condición socioeconómica, género o etnia.

En el Informe Progresos realizados para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2021), se recabó la siguiente información:

Según indican los datos de 44 países correspondientes al período comprendido entre 2014 y 2020, casi una de cada cinco personas dijo haber sido discriminada personalmente por al menos uno de los motivos de discriminación que prohíbe el derecho internacional de los derechos humanos. Por otra parte, las mujeres tienen más probabilidades de ser víctimas de la discriminación que los hombres. La situación sanitaria y socioeconómica de muchos grupos que ya sufrían mayores niveles de discriminación se ha visto aún más afectada por la pandemia. (pág. 20)

Muchos países han tomado diversas acciones respecto al ODS 10, entre los principales tenemos a Francia que implementó un impuesto sobre la riqueza para garantizar una contribución más equitativa de los ciudadanos más ricos al sistema fiscal, Australia m implementando políticas dirigidas a cerrar la brecha entre los pueblos indígenas, Canadá, Suecia y Japón implementando un sistema de atención médica universal que garantiza el acceso a la atención médica de calidad para todos sus ciudadanos y España y Paraguay con un sistema orientado a la protección integral de la infancia y la adolescencia frente a la violencia.

Por otro lado, el panorama de desigualdad en América Latina se caracteriza por una marcada disparidad de ingresos. Por esta razón, los países miembros del Grupo de Coordinación Estadística de la Agenda 2030 en América Latina y el Caribe han emprendido una iniciativa en colaboración con la Secretaría Técnica, con el respaldo de países observadores y representantes de organismos de financiación, así como de agencias especializadas regionales de las Naciones Unidas.

La Agenda 2030 de América latina y el caribe (2022) comenta que el objetivo de esta iniciativa es establecer una serie de indicadores prioritarios para supervisar el progreso de la Agenda 2030 en una región conocida por su relevancia y por las notables disparidades entre los estratos económicos.

Según CEPAL (2019) informa que América Latina y el Caribe emplea un 12% del PIB en gasto público social mientras que los países desarrollados emplean el 29% del PIB.

Por otro lado, el promedio simple de los coeficientes de Gini de 18 países de América Latina bajó de 0,543 en 2002 a 0,466 en 2017. Sin embargo, el ritmo de reducción se enlenteció en los últimos años: entre 2002 y 2008 la disminución anual promedio del coeficiente fue del 1,3%, además entre 2008 y 2014 fue del 0,8%, y entre 2014 y 2017 fue del 0,3%, tal como se menciona en el informe de Cepal.

Por ello, cada ODS desempeña un papel específico y fundamental en la consecución de estos objetivos. Uno de los ODS más destacados se enfoca en reducir las desigualdades de ingresos y oportunidades en América y el Caribe.

Tezano, S. (2019) indica que el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS 10) representan para América Latina y el caribe una herramienta crucial para la planificación y seguimiento, de poder erradicar la pobreza en las regiones más desfavorecidas del mundo y fomentar la inclusión social, económica y política de todas las personas, con especial atención a los grupos más vulnerables.

Para superar estas disparidades, es esencial que el gobierno implemente políticas fiscales progresivas que generen oportunidades de empleo de calidad y promuevan la inversión en sectores que beneficien a las poblaciones, tanto a nivel nacional como internacional. Gracias a su enfoque a largo plazo, los ODS ofrecen apoyo a cada país en su camino hacia un desarrollo sostenible e inclusivo. Esto se logra a través de la implementación de políticas públicas y la utilización de instrumentos de planificación, asignación de recursos, seguimiento y evaluación.

Si bien es cierto, la pandemia de COVID-19 ha destacado de manera inequívoca las vulnerabilidades de un modelo de desarrollo caracterizado por desigualdades e injusticias. Este llamado de atención es una oportunidad para impulsar una mayor cooperación birregional entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe Reforzando de esta manera los mecanismos multilaterales de colaboración que se convierte en un elemento clave para dotarnos de una gobernanza global sólida y efectiva, con la Agenda 2030 como la hoja de ruta ideal para alcanzar un desarrollo sostenible y equitativo.

La pandemia ha obstaculizado muchos de estos avances y, por primera vez desde 2015, todos los países y regiones del mundo han experimentado retrocesos significativos en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En América Latina y el Caribe (ALC), por ello se requieren esfuerzos adicionales para abordar las considerables disparidades en ingresos y riqueza (ODS 10) y para avanzar en la mejora de sus sistemas de protección social. (Pajín Leire 2022, pág.5)

La colaboración entre estas regiones no solo es esencial para abordar los desafíos derivados de la pandemia, sino también para abordar cuestiones más amplias relacionadas con la desigualdad de ingresos y la promoción de un desarrollo inclusivo para la cooperación a nivel birregional.

Por otro lado, la desigualdad de ingresos ha experimentado transformaciones significativas en todas las economías de la región a lo largo de las últimas décadas. Aunque se han registrado cambios notables en ciertos momentos, especialmente en los primeros y mediados de la década de 2000, resulta evidente que dichos cambios no han sido lo bastante sustanciales como para modificar las características fundamentales de la distribución de ingresos en América Latina. La región muestra una disparidad de ingresos considerablemente mayor de lo que cabría esperar a partir de su nivel de desarrollo.

Por ello, El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) informa que la desigualdad de ingresos está aumentando: el 10% más rico de las personas gana hasta el 40% del ingreso global total, mientras que el 10% más pobre gana sólo entre el 2% y el 7% del ingreso total. En los países en desarrollo, la desigualdad aumentó un 11% debido al crecimiento demográfico.

Para frenar la creciente desigualdad, se deben adoptar políticas audaces que amplíen las oportunidades para las personas de bajos ingresos y promuevan la inclusión económica para todos, independientemente de su género, raza u origen étnico.

Además, la expansión de programas de protección social y asistencia económica ha sido una estrategia central para combatir las desigualdades. Estos programas proporcionan respaldo financiero a las poblaciones más vulnerables, contribuyendo a equilibrar la distribución de ingresos, En el contexto de la inclusión social, se han implementado programas específicos dirigidos a comunidades marginadas, como grupos indígenas y afrodescendientes. Estos programas buscan asegurar que estos grupos tengan igualdad de oportunidades en términos de educación, atención médica y empleo.

Las organizaciones de la sociedad civil y las ONG desempeñan un papel crucial en la promoción de la Agenda 2030 y la implementación del ODS 10. Colaboran estrechamente con los gobiernos para abogar por políticas y prácticas destinadas a reducir las desigualdades, contribuyendo así al avance hacia un desarrollo más inclusivo y equitativo en la región.

Dentro del marco a nivel nacional el Perú es protagonista de la Agenda 2023 desde su elaboración, el cual se ha convertido en referentes claves para el desarrollo de las políticas en el país. Ello nace con el objetivo de abordar los desafíos en materia de desarrollo sostenible a través de una serie de acciones estratégicas lo cual la conduzcan a guiar su trabajo hacia el año 2023. Efectivamente, el objetivo de desarrollo sostenible más exigente que la agenda plantea, se encuentra la ODS 10, una problemática que ha conllevado al Perú a formar parte entre los primeros países más desiguales de América Latina. Cotler y Cuenca(2011) considera que “Es igualmente un lugar común afirmar que el Perú es uno de los países más desiguales de América Latina no solo en términos económicos, sino también en términos sociales, étnico-culturales y regionales”(p.18).

En los últimos tiempos, el país ha sido participe de un excepcional crecimiento económico, produciendo mejoras en las condiciones de vida de los hogares de menores recurso. Según el Banco Mundial señala que entre el 2004 al 2019, se evidenció una reducción de la desigualdad; obteniendo un índice de Gini de 0.44 en el 2024 a 0.36 en el 2019. Sin embargo, a pesar de dichos avances, la pandemia generó un fuerte retroceso en el logro obtenido. Actualmente se encuentra en emergencia y se ha convertido en una de las problemáticas primordiales por atender.

Al respecto Banco Mundial (2021) menciona que: “Los progresos alcanzados por el Perú en la reducción de la pobreza y la desigualdad en las últimas dos décadas se encuentran hoy amenazados por el profundo impacto de la pandemia de COVID-19, que puso al descubierto la fragilidad del capital humano cuando se enfrentan múltiples impactos”.

De acuerdo a lo señalado, la crisis sanitaria se ha convertido en un factor determinante ante la desaceleración en las acciones que se venían trabajando por la reducción de las desigualdades, así mismo han asumido diversas tendencias, expresándose de renovadas maneras.

Las grandes desigualdades que se enfrenta son efectos de los segmentos o grupos formados de manera desproporcional, donde algunos tienen acceso a los recursos económicos y otros, quienes forman gran parte de la población peruana siguen estando aislados de dichos privilegios, con pocas oportunidades, principalmente en el acceso a servicios básicos y educativos. La siguiente problemática ha sido recientemente evidenciada y reforzada con el desarrollo de la pandemia, debido a que ésta ha generado una mayor desigualdad, afectando a las personas más vulnerables. Según la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico (2022) indica que: “En el Perú, la tasa de crecimiento del gasto real promedio per cápita mensual del 40% más pobre de la población se contrajo en un 15% en 2020, a causa de la crisis sanitaria”(p. 40).

Hoy por hoy se viene realizando una serie de acciones y a su vez analizando qué desafíos aún nos falta por enfrentar como sociedad. Es importante señalar que dentro de los notables avances que se vienen presentando respecto a la inclusión económica en los últimos 13 años, está el aumento de los ingresos promedios en S/632.6 entre el 2007 al 2019, lo que ha llevado a mejorar las remuneraciones mínimas vitales de las cuales gozan los peruanos en el sector urbano; Sin embargo, en el sector rural se deja ver aún una brecha existente, que nos conlleva a deducir las áreas que no están siendo atendidas.

Si bien es cierto el estado peruano es el primer responsable para garantizar la inclusión económica, social y política. Sin embargo, las empresas cumplen un rol fundamental, lo cual requiere de acciones dirigidas hacia los colectivos marginalizados. Dichas acciones se pueden ver reflejadas a través de informes en el que se indica que 11 empresas financieras, han expresado sus contribuciones con el acceso a microcréditos de las familias más vulnerables en los ámbitos urbanos y rurales, además de una promoción de la cultura del ahorro. Mientras que un grupo de telecomunicaciones promueve programas educativos para cerrar las brechas que impiden el desarrollo económico de ciertos sectores y la brecha salarial.

Por otro lado, respecto a la inclusión social 140 empresas han señalado que se se prohíbe la discriminación, 3 mencionan el racismo como un problema social, 1 prohíbe la xenofobia, 2 los discursos del odio y solo 1 prohíbe la discriminación. Sin duda en el país se esta está alcanzando importantes avances en las organizaciones frente a dicha problemática, pero aún nos queda un largo camino por recorrer. Como parte de uno de los desafíos para Perú, es contar con más actores empresariales que se suman a estas discusiones y visibilicen sus contribuciones al ODS 10.

Como es de conocimiento, las desigualdades traen consigo un impacto negativo en el desarrollo del país, porque reflejan el poco o nulo trabajo que el Gobierno realiza para hacerle frente a estas, pues al ser un Objeto de Desarrollo Sostenible se debe tener un plan de acción que sirva como prueba del trabajo que se viene realizando como país en busca del crecimiento de este.

En tal sentido, el Perú ha sido siempre un país con enormes desigualdades que se han visto reflejadas en la forma de vida de los ciudadanos, lo cual abarca la diferencia entre ingresos económicos, acceso a la salud pública, buena educación, trabajo justo, entre otros.

Entrando en detalle acerca de estas desigualdades y el impacto que tienen en el Perú son las siguientes:

a) Sector Salud: La llegada de la pandemia por el Covid-19 fue y sigue siendo un claro ejemplo de cómo aquellas personas que no tienen las facilidades para ser atendidos en algún centro de salud podían llegar a fallecer por no contar con el dinero suficiente para comprar materiales esenciales (mascarilla, medicamentos, oxígeno, ) o en su defecto encontrar cama para ser correctamente atendidos.

Tafur (2022) mencionó lo siguiente:

Existen muchos esfuerzos operativos por llegar a la meta en las demás regiones, las estrategias para el acceso a la vacuna contra la Covid-19 han resultado efectivas, sobre todo en Lima ciudad, pero las cifras presentadas hablan de la problemática de la población en las regiones para acceder a servicios de salud y a la inmunización contra la enfermedad causada por el coronavirus. (párr. 9)

Ello hacía una clara referencia a las dificultades presentadas para hacer llegar la vacuna contra el Covid-19 a regiones alejadas a la capital. Otras situaciones también pueden ser evidenciadas en la reducción de esperanza de vida, sobre todo en regiones fuera de la capital, por la escaza accesibilidad a atención médica.

b) Sector Educación: Nos encontramos en una etapa donde la tecnología avanza constantemente y es una gran herramienta para la educación de escolares y universitarios; sin embargo, hay muchos estudiantes que no solo no tienen acceso a algún aparato tecnológico, si no que la calidad de educación que reciben es paupérrima, la cual se ve reflejado en su mayoría en colegios públicos tanto dentro como fuera de

En la página Care (2023) se ha afirmado lo siguiente, según estudios realizados:

El Perú tiene una tasa de deserción escolar del 6.3%, según cifras del Ministerio de Educación (Minedu). Según una encuesta del 2021 del INEI, 22 de cada 100 jóvenes entre 17 y 18 años, no han logrado concluir su educación secundaria, mientras 5 de cada 100 jóvenes entre 13 y 19 años no la ha culminado. (párr. 4)

Estos datos muestran la gran brecha estudiantil que presentamos como país y es necesario accionar, ya que parte fundamental para el desarrollo nacional es contar con ciudadanos aptos y con los conocimientos necesarios.

c) Sector Laboral: Pese a estar en el siglo XXI aún hay evidentes desigualdades a las que las mujeres deben afrontarse en sus centros laborales, desde la diferencia en horarios hasta en el salario

En la página Centrum PUCP (2023), se recabó la siguiente información:

Un estudio realizado por Centrum PUCP dejó en evidencia la brecha de tiempo entre los dos géneros y tenemos lo siguiente: las peruanas dedican el 38% de su tiempo a realizar actividades productivas no remuneradas, mientras que los varones solo le dedican un 24% de su tiempo.

A este dato se le suma el informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) “Brechas de Género, 2022″, donde se evidencia que las mujeres ganan en promedio 27,4% menos que los varones en el país. (párr. 3 y 4)

Estas estadísticas muestran que aún existen empresas que deciden optar por contratar personal masculino que puede no estar apto en su totalidad para dicho puesto, en comparación a las féminas que podrían ser superiores y desenvolverse mejor lo que generaría beneficios a corto y largo plazo en la compañía.

Según lo mencionado anteriormente, es importante actuar de manera eficaz para poder revertir los números y empezar a reducir las brechas que existen en el país, el Estado juega el papel más importante ya que es quien genera programas para poder reducir las desigualdades, además de hacer auditorías constantes para garantizar su cumplimiento.

En contraparte a lo anterior, donde se ha reflejado el impacto negativo de las desigualdades, es importante mencionar y no pasar de largo aquellas empresas que han puesto en práctica programas para reducir las desigualdades y han tenido éxito en las mismas.

Ante ello, algunas empresas a mencionar y resaltar son las siguientes:

a) Konecta Perú: Esta empresa dedicada a la tercerización de negocios, al mando de su CEO Violeta Orozco Arbulú, forma parte de la lista de empresas certificadas como “Great Place to Work” ya que cuenta con programas que incentivan la inclusión y equidad de género. Además, que su CEO menciona promover una igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres para así reducir la brecha de género.

b) Plaza Vea: Esta empresa de supermercados peruanos también es un ejemplo de empresa en busca de reducir las desigualdades ya que cuenta con un programa llamado “Raymi”, mediante el cual refuerzan con sus colaboradores los pilares más importantes para ellos como empresa, los cuales son: Conciliación de Vida Personal y Trabajo, Acoso Hostigamiento Laboral, Selección Inclusiva, Equidad Salarial, Capacitación y Desarrollo Personal, Esfera Externa, Comunicación Interna y

c) Hipermercados Tottus: Haciendo mención y rescatando la labor que hacen los supermercados en busca de reducir las brechas de desigualdad en nuestro país, encontramos a Tottus, el cual tiene su programa “Tottus para Tod@s” con el cual impulsan o resaltan el trabajo de su personal con discapacidad, además que realiza charlas con especialistas para sensibilizar el trato con sus colaboradores que forman parte de la comunidad LGBT+.

Teniendo en cuenta solo algunas de las empresas que tienen programas que buscan reducir las desigualdades en su centro laboral, podemos notar que como país si buscamos reducir estas brechas, pero falta apoyo del Estado, el cual pueda hacer más público estos ejemplos para que más empresas lo puedan hacer y que además se comparta estas acciones con empresas de distintos sectores.

CONCLUSIONES

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son un faro que guía nuestros esfuerzos hacia un futuro mejor y más justo. Busca un mundo en el que nadie quede rezagado, la pobreza sea historia y la sostenibilidad sea la norma. Si bien los desafíos son formidables, los ODS demuestran que es posible lograr un cambio positivo a través de la colaboración global y la determinación compartida. A medida que avanzamos hacia 2030, es imperativo que mantengamos el compromiso con los ODS y trabajemos juntos para transformar nuestras sociedades en un camino hacia un futuro mejor para todos.

América Latina es una región rica en diversidad cultural pero plagada de desigualdades económicas que enfrenta el desafío urgente de reducir las disparidades. El ODS 10, centrado en la reducción de las desigualdades dentro y entre los países, emerge como una guía esencial. La pandemia de COVID-19 exacerbó estas desigualdades, destacando la necesidad de una acción concertada. A pesar de los desafíos, se han producido avances notables, con países adoptando políticas de inclusión y programas de protección social. La cooperación birregional, la sociedad civil y la colaboración internacional desempeñan un papel fundamental. La reducción de las desigualdades en América Latina no solo es una cuestión ética, sino también un imperativo económico y social. La región tiene la oportunidad de forjar un futuro más inclusivo y equitativo donde todos los ciudadanos puedan alcanzar su máximo potencial en un entorno de justicia y solidaridad.

En el Perú, aún percibe con frecuencia casos de desigualdad en la vida diaria de millones de peruanos, lo cual afecta directamente a su calidad de vida y la de su familia, conllevando a la generación de pobreza y la falta de oportunidades, lo cual significa una traba en el desarrollo de la sociedad. Sin embargo, para reducir la brecha de la desigualdad es necesario adoptar políticas solidas que empoderen a quienes se encuentran en la escala de ingresos más baja, se mejore la regulación, el control de los mercados y las instituciones financieras. Para ellos no solo depende del estado y las acciones que estas propongan, sino en una problemática que busca ser abordada en conjunto entre los tres actores principales; estado, empresa y sociedad.

No estamos exentos de desigualdades, ya que siempre habrá algún sector en el que exista esta diferencia; sin embargo, es importante saber actuar y accionar para poder reducir las estadísticas existentes con respecto a las desigualdades que podamos presentar ya que, si no se cuenta con un plan de acción, habrá un impacto negativo en el desarrollo del país.

 

REFERENCIAS

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Tezano, S. (2019). América Latina y el Caribe en la Agenda 2030.» Hacia una clasificación del desarrollo sostenible compatible con los ODS y el “desarrollo en transición”

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GLOSARIO DE TÉRMINOS:
  • Agenda 2030: Un plan de acción global adoptado por los estados miembros de las Naciones Unidas en 2015, que establece una serie de objetivos de desarrollo sostenible para abordar problemas sociales, económicos y ambientales en todo el
  • Cooperación internacional: La colaboración entre países para abordar problemas globales, como la lucha contra la desigualdad.
  • Disparidades económicas: Variaciones en la distribución de la riqueza y los ingresos entre las personas y las regiones.
  • Disparidades políticas: Dificultades o desequilibrios en la participación política y la toma de decisiones que afectan a diferentes grupos de la sociedad.
  • Disparidades sociales: Diferencias en el acceso a servicios como la educación y la atención médica, que pueden estar relacionadas con factores socioeconómicos.
  • Distribución de la riqueza: La forma en que los recursos económicos y la riqueza se reparten entre la población.
  • Economía más inclusiva: Un sistema económico que promueve la participación y el acceso igualitario a las oportunidades económicas para todos los miembros de la
  • Gobierno peruano: El gobierno de Perú, que es la administración encargada de tomar decisiones y políticas en el país.
  • Inversión en infraestructura social: El gasto en proyectos y servicios que benefician a la sociedad, como la educación y la atención médica.
  • Objetivo de Desarrollo Sostenible 10 (ODS 10): Es un objetivo de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas que se centra en la reducción de las desigualdades a nivel nacional e
  • Políticas y programas: Conjunto de medidas y acciones implementadas por el gobierno para abordar problemas específicos, en este caso, las desigualdades.