La pandemia de COVID-19 y su impacto en la biodiversidad del Perú

Tutor: Jaime Raúl Castro Contreras

Autores: Alvarado Paredes, Mindy; Bonilla Arias, Rodrigo Alonzo; Carrión Arias, Alessandro; Sequeiros Palacios, Dana y Villalta Soto, Brenda

 

INTRODUCCIÓN

En noviembre de 2019, surgió una nueva enfermedad denominada COVID-19, causada por el virus SARS-CoV-2, desencadenando una pandemia de alcance global. La enfermedad se originó en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, China, y rápidamente se propagó por todo el mundo, lo que llevó a la declaración oficial de la pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo de 2020.

En el caso de Perú, el primer diagnóstico positivo de COVID-19 se confirmó el 6 de marzo de 2020, y apenas cinco días después, el gobierno peruano declaró una emergencia sanitaria con una duración de 90 días. En respuesta a la situación, se tomaron medidas como la suspensión de las actividades escolares hasta el 30 de marzo, según lo establecido en el Decreto Supremo Nº 044-2020-PCM del año 2020. Asimismo, el 12 de marzo de 2020, se aplicó una medida similar a la educación superior mediante el Decreto Supremo N°008-2020-SA 2020.El 15 de marzo, se implementó un aislamiento obligatorio en todo el país, también conocido como cuarentena, a través del Decreto Supremo N°044-2020-PCM.

Además, se suspendieron las actividades económicas no esenciales por un período de dos semanas. Posteriormente, se introdujeron una serie de medidas que extendieron el período de confinamiento y limitaron la capacidad en espacios públicos, hasta el 30 de junio de 2020 se prolongó esta situación.

El COVID-19 y las estrategias implementadas para combatirlo tienen impactos inmediatos que podrían acarrear consecuencias significativas a largo plazo en los ámbitos económico y social, con efectos que también repercuten en el entorno ambiental y la gestión de los recursos naturales en la región. Las repercusiones inmediatas de la pandemia y de las medidas adoptadas para su control se manifiestan en la marcada disminución de la actividad económica y el aumento en las tasas de desempleo, lo que a su vez influye en las condiciones sociales y la incidencia de la pobreza.

Por otro lado, el objetivo es conocer las consecuencias en términos ambientales, aunque menos predecibles, son de igual importancia para el avance de un desarrollo sostenible en el país, y se relacionan con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las múltiples interconexiones entre los objetivos de naturaleza social, económica y medioambiental. En este artículo, exploramos los posibles impactos de la pandemia en aspectos como el contexto nacional, la amenaza a la diversidad biológica, hallazgos, perdida de la biodiversidad, generación de enfermedades y otras dimensiones ambientales relevantes en Perú.

Cabe resaltar que, la elaboración fue compleja, debido a la dificultad para relacionar las fuentes y autores con el tema a investigar, por ello se necesitó ser rigurosos al momento de redactar.

  1. Contexto nacional de la pandemia del Covid-19

El año 2020 se caracterizó por haber sido golpeado por una crisis sanitaria y económica a causa del COVID-19, donde diferentes entidades del área científica y de comunicación, advirtieron sobre el nuevo virus, poseedor de la capacidad de provocar una pandemia y generar estragos devastadores a nivel internacional. La pandemia ha generado un gran impacto a la economía peruana debido a las medidas de confinamiento estrictas y prolongadas que han sido decretadas por el Gobierno, ante la preocupación por la incapacidad de respuesta hospitalaria ante el posible aumento de contagios de COVID-19.

Los científicos y diversos expertos declararon que las naciones del mundo no se encontraban lo suficientemente preparadas ante la situación generada por la pandemia, donde se vio reflejado por el registro de cifras alarmantes de contagios y de muertes cuyo impacto se extendió a nivel tanto social como económico en primera instancia. No obstante, los medios de comunicación estaban enfocados en abordar dicha problemática en la capital descuidando la degradación de la naturaleza y biodiversidad que se estaba produciendo en las regiones del país tales como la Amazonía, Madre de Dios con la deforestación y minería ilegal, la caza de la fauna se presenció en Ancash, Ayacucho, y la pesca en Iquitos y Pucallpa.

  1. Amenaza a la diversidad biológica

Según el informe elaborado por Marc Dourojeanni profesor Emérito de la Universidad Agraria La Molina en el año 2020 y titulado “Impactos ambientales de la pandemia en el Perú” expresa:

Los principales impactos ya constatados incluyen incremento de la deforestación con fines de expansión agropecuaria y, asimismo, por acción de la minería ilegal; aumento de la extracción ilegal de madera, caza de especies en riesgo de extinción tanto para consumo como para tráfico de especímenes valiosos, invasión de áreas naturales protegidas y en especial, de tierras de comunidades indígenas; aumento de ciertas formas de contaminación, como por mercurio así como por arrojo descontrolado de residuos de todo tipo; pesca abusiva y sin control tanto en el mar como los ríos (…) La pandemia no ha detenido a los campesinos informales que invaden bosques naturales para hacer agricultura de tipo familiar (la mayoría) ni, mucho menos, a los propietarios que aprovechan la situación para expandir el área dedicada a la producción de café, cacao, palma y otros cultivos de tipo industrial u, obviamente, a los que hacen plantaciones ilegales como coca, marihuana y amapola.

A pesar de la pandemia generado por el Covid 19 y que en la capital de Lima, las medidas impuestas para controlar la pandemia generaron efectos positivos tales como el aire más limpio, la reducción del ruido por el decrecimiento del parque automotor, dicho panorama se ha visto contrastado con las áreas rurales alejadas de los centros urbanos, donde la pandemia y falta de control, supusieron la oportunidad para el desarrollo de actividades ilegales no solo en el Perú, sino en países cercanos al continente sudamericano. Se ha registrado la invasión de bosques naturales, la expansión de la deforestación y tala ilegal para la apertura de caminos forestales para la extracción de madera, el aumento de caza como abastecimiento del tráfico internacional de especies de interés comercial y finalmente, el repunte de la minería ilegal, representan algunas de las repercusiones de la falta de control estatal en las regiones del país.

La pandemia generada por el Covid 19 ha facultado la realización de las presentes actividades y una mayor libertad para su actuación, donde gran parte se desarrolla en las regiones del país, donde el control estatal no se hace presente en las áreas naturales protegidas y tierras indígenas. Asimismo, el autor expresa que:

la expansión de la deforestación viene asociada con el aumento de caminos forestales que penetran en los bosques para la extracción de madera. Aunque el control de la saca de madera por las autoridades forestales es siempre muy limitado, ahora es inexistente, brindando condiciones ideales para los madereros. Esa forma de explotación forestal es una de las principales causas de la degradación forestal. La minería ilegal ha encontrado una oportunidad sin par con la pandemia y se ha expandido en todas partes. Por ejemplo, en Madre de Dios, ha continuado sin alteración donde antes ocurría y ha invadido áreas nuevas, no lejos de los límites de la Reserva Nacional Tambopata. (…) se aprovecha de la situación para la caza con fines de abastecer el tráfico internacional de especies de interés comercial, actividad que suele ir de la mano con el narcotráfico. En mayo se registró la matanza de unas 200 vicuñas en el sur de Ayacucho, apenas para beneficiar las pieles o la lana, dejando las carcasas en el campo. Otro caso se registró en Puerto Culebras, en Áncash, donde las autoridades encontraron, también en mayo, 450 ejemplares de aves guaneras de las especies chuita y guanay sacrificados aparentemente para su uso como alimento.

Las presentes declaraciones del autor expresan como la pandemia no ha detenido a los campesinos informales que invaden bosques naturales para hacer agricultura de tipo familiar ni, mucho menos, a los propietarios que aprovechan la situación para expandir el área dedicada a la producción de café, cacao, ni a las plantaciones ilegales como de marihuana.

Otro caso emblemático que expresa el autor en mención es acerca de:

Lo que se registra con la fauna silvestre ocurre, en proporciones tal vez más graves, con la pesca tanto marina como en ríos y cochas amazónicas. Por ejemplo, mientras que los pescadores artesanales de la Costa han sufrido mucho, por restricciones impuestas a la actividad y por reducción de la demanda por sus productos, se habría registrado el ingreso prácticamente sin control de una flota pesquera china, especializada en la captura de potas, o calamares gigantes. Y no debe ser el único caso. Pero, la reducción del control municipal, pesquero y forestal en los mercados populares de ciudades como Iquitos y Pucallpa ha permitido un incremento en la venta de productos de fauna ilegales, bien sea por ser especies prohibidas o, en el caso del pescado, por no tener el tamaño mínimo permitido.

La presente declaración hace alusión a que la biodiversidad ictiológica también se ha visto afectada por la falta de control generada por la pandemia, donde se debe poner en relieve el efecto protector de la biodiversidad para lograr ambientes saludables, conservando los ambientes naturales, las especies y los procesos ecológicos. Según el boletín elaborado por Morán en el año 2021, señala como a pesar de que la deforestación en Perú en el periodo se ha reducido entre el 15 de marzo y el 15 de abril, después de esta fecha se incrementó sobrepasando los niveles observados en el mismo periodo en el 2018. La deforestación continúa sin detenerse; incluso la pandemia de COVID-19 no ha logrado detener su avance, ya que quienes invaden la tierra no han respetado las medidas de cuarentena. La actividad ilegal en la selva amazónica, como la usurpación de terrenos o la tala de árboles para la venta de madera, surge como resultado de la falta de oportunidades disponibles en la región.

En resumen, el texto resalta la gravedad de la deforestación en Perú y sus raíces socioeconómicas, no solo debido a la destrucción de los ecosistemas cruciales que generan servicios esenciales, sino también porque eliminan posibles recursos derivados del bosque. La situación subraya la urgente necesidad de abordar tanto las causas socioeconómicas como las ambientales de la deforestación en Perú, antes de que los impactos negativos sean irreversibles.

  1. Hallazgos detectados

El autor Samamé expresó en el año 2023 que la deforestación en el Perú en los últimos periodos anuales correspondió a 7,8 millones de hectáreas del bosque amazónico, concentrándose en Junín, San Martín, Ucayali, Huánuco, Pasco y Madre de Dios con aproximación a la carretera interoceánica Sur.  Cabe mencionar que, la destrucción de las zonas boscosas se produce por la actividad agropecuaria de pequeña escala que opta por quemar parcelas menores de cinco hectáreas e instalar pastizales y cultivos comerciales. No cabe duda de que estas son algunas de las áreas geográficas más afectadas y las actividades responsables de este problema ambiental. Es esencial que el gobierno peruano y las partes interesadas trabajen juntos para implementar políticas y prácticas que promuevan la conservación de los bosques y la agricultura sostenible. La educación ambiental y la conciencia pública también son fundamentales para abordar este desafío. La preservación de estos recursos naturales es crucial para el bienestar a largo plazo del país y del planeta en general.

Según la explicación de Samamé en el año 2023 la deforestación en el Perú en los últimos periodos anuales correspondió a 7,8 millones de hectáreas del bosque amazónico, concentrándose en Junín, San Martín, Ucayali, Huánuco, Pasco y Madre de Dios con aproximación a la carretera interoceánica Sur.  Cabe mencionar que, la destrucción de las zonas boscosas se produce por la actividad agropecuaria de pequeña escala que opta por quemar parcelas menores de cinco hectáreas e instalar pastizales y cultivos comerciales. No cabe duda de que estas son algunas de las áreas geográficas más afectadas y las actividades responsables de este problema ambiental. Es esencial que el gobierno peruano y las partes interesadas trabajen juntos para implementar políticas y prácticas que promuevan la conservación de los bosques y la agricultura sostenible. La educación ambiental y la conciencia pública también son fundamentales para abordar este desafío. La preservación de estos recursos naturales es crucial para el bienestar a largo plazo del país y del planeta en general.

  1. Relación de la pérdida de la biodiversidad con la generación de enfermedades

Según el estudio científico elaborado por la autora María del Carmen Niebla en el año 2021 acerca del cambio climático y la pandemia del Covid-19, refiere:

El cambio climático y las acciones que el ser humano realiza en contra del equilibrio en la naturaleza son una grave amenaza para el planeta y, sin embargo, parece ser que la pandemia de COVID-19 ha hecho que olvidemos la estrecha relación que existe entre ambas situaciones. En los últimos meses hemos reaccionado más a la pandemia que a esta emergencia climática, sin saber de la estrecha relación que ambas tienen. No debemos olvidar una amenaza para combatir a la otra, van de la mano y están íntimamente unidas. La pérdida de biodiversidad actúa como catalizador para la expansión del virus y enfermedades infecciosas. Si disminuimos esta biodiversidad y destruimos ecosistemas, facilitamos que dichos virus pasen al ser humano. Hemos olvidado que la biodiversidad funciona como un escudo protector, ya que muchas especies actúan como huéspedes de virus y patógenos que tal vez ni siquiera hemos detectado el día de hoy.

En base a la expresión de la autora, pone en relieve la estrecha relación que mantiene la pérdida de la biodiversidad con la propagación de enfermedades y virus infecciosos que imposibilitan su control y generando con ello su expansión mundial. Las entidades gubernamentales deben tomar con mayor importancia y mostrar su preocupación por el deterioro de los ecosistemas, el cual da origen a pandemias como el coronavirus, el cual constituye y forma parte de la historia como uno de los mayores momentos de autodestrucción que se ha generado en la especie humana.

El artículo elaborado por la Organización de Naciones Unidas titulado “Biodiversidad y coronavirus” expresa lo siguiente:

La aparición de la COVID-19 ha puesto en evidencia que cuando destruimos la biodiversidad destruimos el sistema que sustenta la vida humana. Cuanto más biodiverso es un ecosistema, más difícil es que un patógeno se propague rápidamente o domine. La pérdida de biodiversidad brinda la oportunidad de que los patógenos pasen entre los animales y las personas. La deforestación, la invasión de hábitats de vida silvestre, la agricultura intensiva y la aceleración del cambio climático han alterado el delicado equilibrio de la naturaleza. Hemos cambiado el sistema que naturalmente nos protegería y hemos creado condiciones que permiten la propagación de patógenos, incluidos los coronavirus.

La organización internacional mediante su informe pone de manifiesto sobre como la acción humana a través de su historia y a su vez, el incremento exponencial de las economías ha provocado que las especies se encuentre en vías de extinción generando la propagación de enfermedades incontrolables. Surge con ello la necesidad de reinventar y reconstruir a la naturaleza con medidas para prevenir el impacto de las actividades humanas contaminantes y tomar más conciencia y atención a las tomas de decisiones con respecto a la naturaleza.

Según manifiesta Lacy, M, en el año 2021 sostiene que la amenaza a la diversidad biológica de especies invasoras genera problemas de pérdida de fauna o flora local por la agresividad de su explotación sin tener controles biológicos adecuados. Cuando se invaden ecosistemas sin el manejo sustentable de los mares, praderas, bosques y selvas, así como de manglares, ríos y lagos, es cuando hay brotes infecciosos, porque se genera el desequilibrio entre los depredadores y sus presas. Es decir, las especies invasoras representan una de las mayores amenazas para la diversidad biológica en todo el mundo. Estas son especies que se introducen en ecosistemas fuera de su distribución natural y tienen un impacto negativo en la biodiversidad, los ecosistemas y, en algunos casos, también en la economía y la salud humana.

La infografía realizada por la autora Andrea Bustamante refiere que la deforestación en los bosques tropicales, los cuales albergan la mayor biodiversidad terrestre del planeta con especies de fauna silvestre, genera el desplazamiento de su hábitat, y con ello que se provoque el contacto con otros animales y personas, facultando su exposición a nuevas enfermedades. La explicación muestra dos escenarios, donde por un lado, se encuentra a la especie amenazada, cuya extinción es provocada por la pérdida de sus ecosistemas forestales, y por otra parte se muestra aquella especie de fauna silvestre que sobrevive, sin embargo es más propensas a albergar patógenos potencialmente peligrosos que son transmisible para el ser humano; esto es explicado dado que muchos microorganismos, como los virus, conviven de manera inofensiva con otros animales del bosque, dado que se han adaptado y evolucionado juntos. Cabe destacar que los presentes microorganismos pueden tornarse nocivos al entrar en contacto con especies nuevas que pueden infectar, como el ser humano y animales domesticados, porque al constituirse de un patógeno nuevo, todavía no se ha desarrollado la inmunidad necesaria para contrarrestarlo.

Se infiere acerca del estrecho vínculo entre la deforestación de los bosques y demás actividades que atentan contra la naturaleza y el mayor riesgo de la transmisión de enfermedades infecciosas de parte de otros animales a las personas, explicado por que a medida que la actividad humana no sostenible impacta en la pérdida de ecosistemas y biodiversidad, también aumenta el riesgo de futuras pandemias como la del COVID-19 cuyo origen se determinó en la provincia de Hubei ubicada en Wuhan, China, siendo el epicentro de un brote de neumonía cuyos contagiados fueron vinculados epidemiológicamente a un mercado mayorista que comercializaba animales vivos exóticos como culebras, civetas, pangolines y murciélagos y donde las deficientes medidas de bioseguridad, propiciaron que el virus se perpetrara entre animales y desde animales a humanos mediante el contagio indirecto conocida con el término de zoonosis.

  1. Importancia de la conservación de la biodiversidad como parte de la salud humana

Con el avance del tiempo, es inevitable de surgimiento y desarrollo de nuevas enfermedades que atentan con la salud humana, y parte de las enfermedades que afectan al hombre son enfermedades zoonóticas, es decir, grupos de enfermedades determinadas que son transmitidos a través de agentes animales, generando de este modo una alerta y precaución ante los cambios involucrados en la vida silvestre. Respecto a ello, Giacchino, A., et all. (2021) informa que, tanto la pandemia del COVID-19 como otras pandemias precedentes han sido originadas por agentes zoonóticos, desde la edad media con la peste bubónica en reservorios de roedores quienes almacenaban la bacteria “Yersinia Pestis”, siendo gran causante de la extinción de la población europea tomándolo como un ejemplo claro, y que, a día de hoy, aproximadamente el 61% de patógenos que atentan contra el hombre son zoonóticos. Dada la perspectiva de los autores, además de las diversas investigaciones que lo sostienen, se puede inferir que las enfermedades más nefastas se transmiten a través de los animales y afectan al cuerpo del hombre, tomando en cuenta la naturaleza biológica y su entorno como medio para el efecto en el hombre. Infiriendo de esta manera que, la vida animal juega un papel importante en el medio ambiente, albergando enfermedades que pueden afectar la salud humana, y estas mencionadas son generadas a través de los daños humanos, siendo el hombre parte fundamental de la gestión de su propia vida como del entorno, interactuando y propiciando riesgos para su salud si no se brinda los requerimientos necesarios para la calidad de las demás formas de vida y sus ecosistemas que se encuentran en peligro tras la explotación de recursos naturales.

Asimismo, se sostiene la idea de la transmisión de enfermedades pandémicas a causa de la atentación del ser humano sobre su ambiente, denotando que el hombre ya posee una experiencia relevante frente a estos acontecimientos impulsados, en parte, por su propia mano, en conjunto con la misma naturaleza de los microrganismos, donde Giacchino, A., et all. (2021) hace referencia a otras enfermedades transmitidas por la degradación ambiental como la fiebre de Lassa, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, el virus Zika, distintos síndromes respiratorios, entre otros, que se especifica fueron causadas por el desequilibrio de la biodiversidad, datándose como antecedentes que brindan información histórica y conciencia sobre nuestra actividad sobre en comunidad.  En base a ello, las enfermedades que han desencadenado pandemias en el pasado, han sido tomadas de referencias, siendo una constante la intervención del medio ambiente y la factibilidad de contagio a través de este, requiriendo medidas más avanzadas y la manipulación respecto a la interacción colectiva. Siendo evidente la objetividad de los autores por divulgar la información para no cometer los mismos errores y en caso extremo, tomar un referente para minimizar el impacto de las pandemias futuras, detallando preparación y planificación de riesgos, no obstante, no cabe duda de que parte fundamental de sus investigaciones fueron los orígenes de las enfermedades pandémicas, concluyendo con la protección de la biodiversidad para el control de las mismas.

Tomando en cuenta que, fuera del gran impacto que pueda generar una epidemia o pandemia, el riesgo sigue latente en el sector medioambiental, puesto que la salud humana se ha visto gravemente afectada por enfermedades altamente mortales y contagiosas, pero, tras la vivencia de tal magnitud, no se considera relevante aquellos indicadores de enfermedades que figuran un peligro a largo plazo dada la tecnología moderna para contrarrestarlos, pero que prevalecen en la problemática y dañan la vida lentamente. En palabras de Giacchino, A., et all. (2021) nos dice que, se ha estimado que el 25% de las enfermedades que pueden ser actualmente prevenidas son efectos de una baja calidad del ambiente, proponiendo que la pandemia del COVID-19 forma parte de esta crisis ambiental y que la proyección que se tiene sobre la demanda de recursos biológicos es crítica y desenfrenada, demostrando que la capacidad regeneradora de la tierra es insuficiente y excede un 30% de esta, teorizando la necesidad de una fuente de recursos biológicos que iguale la capacidad del planeta para soportar el estilo de vida actual de la humanidad. Estudios determinan que el constante abuso de los recursos proyecta al planeta a una crisis futura, afectando la regeneración de los recursos naturales los cuales se ven afectados y, con relación a ello, el impacto causado por la obtención de recursos impulsa las enfermedades anteriormente mencionadas en referencia a la vida animal y por sus ecosistemas que el ser humano atenta. Siendo el caso, Se esclarece la falta de responsabilidad humana en su afán de la explotación de recursos, parte de un gran nivel se consumismo global y desregularización o control de extracción de los elementos de la naturaleza, encaminando a la humanidad y al planeta aceleradamente a su inminente extinción.

Apuntando a los beneficios de la biodiversidad, existe gran diversidad de recursos medicinales que actúan contra las enfermedades que afectan a la salud humana, en este sentido, la humanidad ha hallado un medio por el cual puede aprovechar la biodiversidad para su supervivencia, sin embargo, el desconocimiento del ser humano asocia un cuidado general a plantas que poseen necesidades específicas para sus propiedades, siendo la falta de información un punto esencial para la extinción de sus recursos. Sarauz (2021) Sugiere que la información de comunidades tradicionales y las prácticas ancestrales poseen un fuerte vínculo entre la relación espiritual del hombre con la naturaleza, aplicando la biodiversidad como integración de la salud humana a través de la medicina, concretando prácticas del cuidado del medio ambiente para el uso de la humanidad. Comprendiendo en tal contexto que, el desarrollo de la medicina incluye los saberes del pasado como el desempeño de los sectores indígenas con unos conocimientos rurales de la medicina, permitiendo una mayor conexión para la biodiversidad y preservación de recursos a través de las necesidades de las prácticas que se demanda para su salud. Precisando en los conocimientos ancestrales que poseían un mayor vínculo al entorno natural en comparación al ser humano actual que depende de la tecnología e industria, el estilo de vida rural y semejantes poseen el conocimiento necesario para la preservación de los recursos medicinales de manera tradicional, enfocando un medio de sostenibilidad alternativo que contribuye al crecimiento de la biodiversidad y la medicina humana.

Por otro lado, los actores del reino animalia también se ven involucrados como parte de las ramas de la medicina, así como también el desarrollo de la información y especiales problemáticas de investigación, a fin de contribuir con el conocimiento y el desarrollo. Ayala et all. (2022) afirma que, los ecosistemas tropicales de la región andina y la región amazónica del Perú poseen un gran potencial biodiverso, observando un bajo nivel investigativo y hallando un vacío informativo sobre los mosquitos en el país, planteando una investigación documentada de entomología que establece la relación de especies de importancia médica y su vínculo con el ciclo epidemiólogo de determinadas enfermedades metaxénicas, resultando en una investigación sostenida que, la diversidad de mosquitos presente en el Perú tiene una escasa probabilidad de generar problemas en la salud humana, exceptuando especies del género Anopheles y Culex, y dejando de lado una basta y enriquecedora diversidad en bosques amazónicos y valles interandinos. En otras palabras, el nivel investigativo en el Perú es deficiente o poco desarrollada, teniendo una basta diversidad por la cual explorar e información por actualizar, descartando creencias expresando algunos agentes clave como fuentes de enfermedades, como también agentes de transmisión, nulidad o que proveen medios de recuperación. Si bien existen muchos factores por los cuales la principal transmisión de enfermedades humanas es por la zoonosis, es necesario identificar las causas y modos de prevención y curación, propiedades clave que estudia la medicina en cuestión y que permite entender las causas y efectos para dar una explicación sostenible para el desarrollo de la salud en general.

Dadas las complejidades anteriormente indicadas junto a las evidentes deficiencias en la calidad de vida del hombre, las instituciones se mantienen al margen del desarrollo sostenible y están empezando a tomar conciencia de los efectos que conlleva su nulo control, por tal motivo, el mundo está tomando medidas de prevención y calculando la eficiencia y eficacia de cada una de estas. Vilca et. All (2021) expresa que, Las medidas para sobreponerse a tales adversidades ambientales requieren bases estratégicas de carácter interdisciplinario y multisectorial, precisando áreas como la salud humana, los seres vivos que lo rodean y sus exosistemas, junto a la producción agrícola, animal y cambios ambientales que puedan afectarlos. Se debe establecer un plan con todos los agentes que intervienen para detectar causas y efectos, así como también los diversos sectores que finalmente desembocan en la salud humana, incluyendo los efectos en animales debido a las principales enfermedades por zoonosis. Concluyendo en palabras precisas que, la estructuración para generar un plan de contingencia requiere detectar a todos los stekeholders del medio ambiente y abarcar una gran cantidad de arias, además de priorizar aquellas que pueden verse más afectadas a fin de cubrir todos los riesgos a futuro.

En base a ello, organizaciones mundiales ya están ejecutando operaciones para contribuir con los objetivos del desarrollo sostenible, encaminando a la mejora continua y datando de manera pública de libre información, la difusión de la problemática actual para tomar conciencia y poner acción en el presente para preservar la biodiversidad que ofrece cada uno de los países que conforman el comercio globalizado. En los reportes de Vilca et al. (2021) se informa que, dentro de los planes de la OMS, se propusieron cerca de 500 acciones junto a otras organizaciones con el objetivo salvar vidas por medio de la  minimización de las enfermedades originadas a raíz de factores ambientales, difundiendo prácticas para la creación de entornos saludables y prevención de enfermedades; con ayuda de responsables políticos y agencias internacionales, se busca cuidar la salud y el medio ambiente entre los actores involucrados. Como referencia del desarrollo global, existen entidades que se centran en el desarrollo sostenible, principalmente para el contexto del desarrollo de la humanidad y su disposición de supervivencia, asimismo, contrarrestar la despoblación a causa de estas enfermedades y la creación de un entorno saludable en general. Para finalizar, la creación de conciencia el establecimiento de medidas para el desarrollo de la salud es esenciales para cumplir los objetivos de desarrollo, resaltando una fuerte disposición ante la integración y educación de la sociedad, puesto que, depende de todos los seres vivos también contribuir la preservación y control de estos recursos que nos permiten coexistir en armonía.

CONCLUSIONES

La pandemia del COVID-19 tuvo un impacto significativo en la biodiversidad del Perú, con efectos tanto positivos como negativos. La disminución de actividades humanas, como el turismo y la construcción, permitió a algunos ecosistemas recuperarse temporalmente, pero esto se vio opacado por el incremento de la caza furtiva, la tala ilegal, la deforestación entre otras actividades ilegales.

La pandemia resaltó la importancia de contar con políticas y regulaciones ambientales sólidas y efectivas. Para proteger la biodiversidad, es esencial promulgar medidas que equilibren la conservación con el desarrollo sostenible.

La pandemia también subrayó la necesidad de una mayor colaboración entre los gobiernos, las organizaciones de conservación y la sociedad en su conjunto. La conciencia pública sobre la importancia de la biodiversidad y su relación con la salud humana es esencial para impulsar la protección de los ecosistemas.

La biodiversidad desempeña un papel fundamental en la adaptación y resiliencia de las comunidades frente a crisis como la pandemia. Es crucial promover prácticas que fortalezcan la conexión entre las personas y la naturaleza.

Se requiere investigación continua para comprender mejor los efectos a largo plazo de la pandemia en la biodiversidad y desarrollar estrategias efectivas para su conservación.

RECOMENDACIONES

Es esencial que las autoridades peruanas refuercen las políticas y regulaciones ambientales para garantizar la protección de la biodiversidad. Esto incluye la aplicación de leyes que desalienten la caza furtiva, la tala ilegal y otras actividades perjudiciales para los ecosistemas.

Fomentar la educación ambiental en escuelas y comunidades es fundamental. Concienciar a la población sobre la importancia de la biodiversidad y su relación con la salud humana puede generar un mayor compromiso con su preservación.

La investigación científica continuada es esencial para comprender mejor el impacto de la pandemia en la biodiversidad y desarrollar estrategias de conservación efectivas. Se debe otorgar financiamiento y apoyo a investigadores y organizaciones de conservación.

Se deben impulsar prácticas sostenibles en sectores clave, como la agricultura y la silvicultura, para reducir el impacto negativo en los ecosistemas. Esto incluye el fomento de técnicas agrícolas sostenibles y la gestión forestal responsable.

Fomentar la cooperación internacional en la conservación de la biodiversidad es crucial. El Perú puede beneficiarse de acuerdos y colaboraciones con otros países y organizaciones. 

 

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