El impacto laboral de la violencia contra las mujeres en el municipio de San Ignacio de Velasco en Santa Cruz – Bolivia

Publicado el 3 febrero 2017

La Violencia contra las Mujeres (VcM) se ha convertido en un triste patrón que se repite en todo el mundo. Un estudio realizado en América Latina y el Caribe dio a conocer a Bolivia como uno de los países con mayor prevalencia de violencia física y sexual contra las mujeres infligida por sus parejas y las más altas tasas en cuanto a feminicidios (25.5%), en comparación a otros países como Perú (14.9%), Ecuador (11.1%) y Paraguay (8%); generando consecuencias no solo para las víctimas sino también para quienes las rodean.

Una investigación realizada en la Municipalidad de San Ignacio de Velasco (Santa Cruz) a 290 colaboradoras/es en distintos sectores como secretaría, recursos humanos, hospital centro, centros nutricionales, centro cultural, contabilidad y gerencia, reveló que a causa de la VcM las/os afectadas/os pierden en promedio 11 días de trabajo, por presentismo. De los cuales, el 68.4% de las colaboradoras agredidas y el 60.5% de los colaboradores agresores han tenido consecuencias laborales desfavorables durante los últimos 12 meses a causa de las peleas/discusiones con su pareja o ex parejas.

Estas cifras han sido estimadas en el estudio: “Impacto laboral de la violencia contra las mujeres en el municipio de San Ignacio de Velasco, Santa Cruz-Bolivia” de Marlies Saucedo Tapanache, becaria del Programa de Becas para Tesis de Grado sobre el “Impacto de la violencia contra las mujeres en las empresas” y presentado por el Instituto de Investigación de la Facultad de Ciencias Administrativas y Recursos Humanos de la Universidad de San Martín de Porres (USMP) y la Cooperación Alemana GIZ a través de su Programa Regional Combatir la Violencia contra las Mujeres en Latinoamérica – ComVoMujer.

Según el reporte el 80.7% de colaboradoras han sido afectadas por algún tipo de violencia (económica, psicológica, física y/o sexual), teniendo como resultado que 8 de cada 10 colaboradoras han sido agredidas por sus parejas o exparejas alguna vez en su vida, con un promedio de 17 ataques al año. Mientras que el 78.9% de los colaboradores reportaron haber agredido a sus parejas o expareja dentro de sus hogares o mientras trabajan, con un promedio de 10 ataques al año.

Por otro lado, los indicadores de presentismo en las personas involucradas en situaciones de VcM tienen mayor distracción (29% más), disminución de desempeño laboral (27.6% más), mayor dificultad para concentrarse (18.4% más) y errores laborales (10.2% más). Además, tienden a experimentar más preocupaciones que les hacen detener su trabajo (21.1% más) frente al grupo de personas no involucradas/os en situaciones de violencia.

Los hallazgos de la investigación, además, revelan que las colaboradoras agredidas y colaboradores agresores han generado un impacto negativo a la productividad de la municipalidad, perdiendo 2,438 días de trabajo al año por presentismo del personal involucrado. Teniendo como consecuencia que el 30.2% ha faltado para atender su salud física y mental, el 13.2% para atender la salud física o cuidado de otros familiares y el 10.5% para atender temas financieros y legales relacionados con la VcM.

MEDIDAS

Se sabe que detrás de cada mujer maltratada o asesinada se esconde una historia de sufrimiento, perjudicando el desempeño interpersonal y laboral de todas sus víctimas. Por ello, cada institución debe de encargarse de desarrollar programas de capacitación en todas las áreas con el objetivo de informar y sensibilizar a las colaboradas agredidas y colaboradores agresores sobre la prevención de la VcM.

Por esta razón, se deben de establecer políticas de tolerancia cero, donde se diseñen e implementen protocolos de atención ante casos de violencia y derivación para las colaboradoras agredidas. Así como también alianzas con instituciones estatales o de la sociedad civil que brinden servicios de atención sobre estos casos.

Finalmente, se recomienda brindar programas de capacitación a los colaboradores en temas de género para evitar prejuicios y falsos estereotipos, VcM y género, donde permita propiciar espacios de reflexión y análisis sobre las normas sociales, el machismo y se planteen formas de vidas basadas en la no violencia, la justicia y la equidad.